Toques
de luz y oscuridad dentro de ti;
Emociones
que no hacen más que contradecir;
Todo
aquello en lo que creías ya dejó de existir;
Escuchas
una voz que te grita;
No
pienses, no sientas, no existas…;
Atrapada
en un laberinto que su salida escondió;
Tratando
de confundir y destruir tus planes, tu ilusión…;
Desde
ahí en medio no consigues ver con claridad;
Solo
puedes sentir una extraña soledad;
Pero
hay una tímida fuerza que te hace seguir buscando;
En
algún lado tiene que estar la salida esperando;
No
consigues encontrar el sentido en ningún lugar;
Volviendo
todo a su estado natural;
El
desorden permanente…;
El
desconcierto invade tu alma y tu mente;
Aquello
nuevo que parecía acompañarte;
Algunas
veces está cercano y mil veces distante…;
Muchas
cosas empiezan a desaparecer;
Haciéndote
pensar en lo mismo una y otra vez;
La
tímida fuerza empieza a flaquear;
Y
recorre tu cuerpo un frío polar;
Te
arropa la duda sobre ti, sobre todo;
¿Cómo
vas a salir de ahí? ¿De qué modo?;
Esa
voz que te gritaba, finalmente te convenció ¿viste?;
Y
ya no piensas, ya no sientes, ya no existes…
(9 noviembre, 2010)